El inicio de una vida extraordinaria

Soy Virginia Christin, Vir para la gran mayoría de las personas, soy Argentina de pura cepa, tengo 47 años

y un camino recorrido que vale la pena mirarlo desde muchos ángulos. Aquí comienzo una narrativa de aspectos que cuentan sobre mi capacidad para amoldarme a los cambios, iniciarlos y darles forma de acuerdo a un alma que me acompaña con inquieta vorágine por seguir descubriendo cosas nuevas sobre

el mundo del que hacer laboral.

Mi primer trabajo lo inicié a los 22-23 años como meritoria en una defensoría penal oficial en la ciudad

de Buenos Aires... y como todo primer trabajo, vivía y percibía con más entusiasmo el hecho de un mundo nuevo al alcance de mis manos y sus códigos que la técnica de las tareas que me pedían... aunque claro... hoy vistas con la perspectiva de 47 años, no puedo decir que fueran tareas muy complejas… pero sí que entusiasmaban algunas...

Rescato los lugares con los que tome contacto y sobre todo las personas con las que intercambiaba mis palabras ya que conocer cárceles a los 22-23 años no es una experiencia de todos los días... y ya a esa edad me daba cuenta que el contacto humano era puerta de mucha sabiduría más que las técnicas legales y las estrategias defensivas... aquí aprovecho para decir que: si, mi primer carrera universitaria es Derecho,

la estudié, la elegí, la quise cambiar, la volví a elegir, aprendí a quererla, y me dije, esta herramienta es MÍA y me acompañará toda la vida... aún sabiendo que los cambios los tenía a la vuelta de la esquina... y claro muchas esquinas para una persona con tantos intereses y apasionamiento por el hacer y el ser...

Para poder elegir bien mi camino, recuerdo a mis 17 y 18 años realicé tres procesos vocacionales...

los recuerdo a todos... y los sigo leyendo aún hoy… cada persona que tomó contacto con mis intereses vocacionales y profesionales, despertó un interés diferente y esos procesos revelaron también una gran variedad de intereses a seguir... y me pregunté... ¿y ahora qué elijo? La pregunta que nos hacemos todos… sobre todo cuando tenemos que invertir dinero, tiempo, energía y sentimos que nos “marca“ un solo camino...

Releyendo los informes de mis procesos vocacionales me dije... ok la carrera de derecho será una herramienta y decidí nutrirla y acompañarla de muchas otras…

Arranqué mi camino profesional y laboral en el ámbito público... trabajando en el Estado, y luego en fundaciones en políticas públicas... el impacto sistémico y de gran alcance satisfacía mis necesidades

de cambio por un mundo más justo...

Recuerdo metas que tenía internamente conmigo porque sabía con quién y en qué tipo de organización quería trabajar, y no era fácil conseguirlo ya que en organizaciones internacionales las vacantes son pocas... y mi meta era trabajar en Naciones Unidas o en el ámbito de un organismo internacional...

y cuando creía que la única manera era aplicar y seguir el camino de otros… PUM... apareció un camino que resonaba con ello pero desde otro lugar… la empresa privada…

Recuerdo mi anhelo por trabajar en África, yo quería ir a África… estar ahí… ver y compartir con otras culturas, religiones... yo quería ÁFRICA.

Por supuesto que antes de la empresa privada hubo alternativas… start-ups, ventas en idioma inglés, reemplazos en banco de inversión que requerían idiomas... y hasta un emprendimiento propio de velas y fanales que duró un año... una pequeña estadía en medio oriente por motivos personales…

y vuelta a Argentina ahí apareció... la empresa privada...

Recuerdo la entrevista... “necesitamos una abogada que no le guste litigar, que no le guste los pleitos ni lo contencioso, que hable castellano, inglés, portugués y francés, que puede trabajar con diferentes culturas, países, gobierno, entidades públicas y con muchos husos horarios y sobre todo con el ecosistema de Naciones Unidas con operaciones en África.. ¡PAM, es mío! Y así fue… un anillo para la novia… lo tomé sin dudarlo… y arrancó un gran capítulo de intercambio, incorporación de habilidades, metodologías de trabajo, profesionalismo de rigor, diferentes y creativas manera de aplicar el derecho y las relaciones internacionales que tanto me gustaban... y volé de apasionamiento, era como pez en el agua aunque muy exigente la mayor cantidad de tiempo... llevaba adelante una gerencia cuasi unipersonal repleta de trámites legales que se iniciaban desperdigados por el mundo entero, países desarrollados y mercados emergentes... desde Buenos Aires...

(Sin Zoom ni WhatsApp jaa 😊).

De haber sabido el nivel de geografía que iba a necesitar para poder hacer bien mi trabajo hubiera estudiado más geografía en el colegio... pero imposible tener el diario del Lunes, no?  y ahora con casi 48... como dice el dicho… quien te quita lo bailado? Y mi más sabia respuesta es

“SI lo tienes bien integrado… NADIE“.

El área era tecnología… con lo cual un mundo más masculino que femenino... y no me importaba, aprendí de los ingenieros... la ingeniería de la manera más simple y básica para poder hacer mi trabajo... y para mi sorpresa me gustaba... aprender sobre satélites, el espacio, las comunicaciones... era como estar en un MBA en vivo y en directo las 24 horas...

Vinieron los viajes por Sudamérica, Estados Unidos, Europa y si………….. ¡ÁFRICA! Si bien yo ya había estado en el continente dos veces antes… había conocido el sur de África y el norte de África pero no es lo mismo que ADENTRARSE en ÁFRICA… eso sí que es otro continente...

Y así trabajé unos años… entre la exigencia del primer mundo y la calma inaudita de los mercados emergentes donde la frase de cabecera para cualquier inconveniente, aun si retrasara contratos millonarios y despliegues de equipamiento costoso, sonaba “sin problema“ o en idioma original

“pas de probleme”…

Esta época no puede quedar sin anécdotas… porque sí que las hubo… por supuesto que tomar conferencias desde un taxi o sentada haciendo la vertical para tomar señal de donde se pudiese era la base del saber arreglarse con lo que tenes donde estás y como estás...

Tomar firmas de representantes del banco mundial desde un taxi en Asunción Paraguay, entrar a la embajada americana en Marruecos, lidiar con aduanas de muchos países, coordinar traslados de equipos por rutas en medio oriente, revertir pagos a través de cuatro bancos intermediarios, matar una cucaracha en un depósito de equipamiento luego de haber mudado una oficina en África, entrevistas en Burkina Faso con casi 55 grados centígrados al borde del paludismo, cuasi desarmar un business center de un hotel en Senegal para poder lograr que una persona desde Buenos Aires pudiera tomar control de mi computadora... conferencias de audio escuchando los estruendos y tiros del otro lado, lidiar con bacterias en el cuerpo, poder leer y comprender escritos y carteles en árabe y podría seguir…

y seguir me sentía en el aire...

Hoy puedo adivinar el origen y el país de casi cada persona por su nombre y apellido...

conocí traductores de idiomas ilegibles...

Puedo decir que el exotismo colmaba mis días de trabajo... y aprendí mucho...

Y claro, como quien tiene que aprender a experimentar el desapego... un día decidí dejar esa organización... fui a otras... también con operaciones internacionales... y el contacto humano seguía siendo el factor que las personas resaltaban en mí y mi sentido de la intuición y perspectiva para los roles

y oportunidades para los demás... y no paraba de aprender... metodologías, nuevas maneras de armar documentos, de liderar reuniones, de facilitar conocimientos, resolver problemas a diario... y de todo tipo...

Ya en otros roles en otras organizaciones, las personas me llamaban “Vir me miras mi cv“ ,

“vos qué opinas, ¿aplico a esta posición? ¿Qué me conviene?”... y siempre aportaba creatividad...

que es algo que me caracteriza...

Poseo mucha creatividad intelectiva, narrativa y kinestésica y es una GRAN herramienta para facilitar cambios... ya que muchas veces se parte de una idea…

Aclaro también que pude hacer el clásico “sabático“... solo que en vez de durar un año

duró exactamente 6 meses.

Entre medio hubo servicios profesionales independientes... había adquirido muchos conocimientos de la industria de las telecomunicaciones, de las regulaciones específicas de la industria, tenía contactos por el mundo entero... y sabía dentro mío que llegaría a su fin… otra vez a practicar el desapego... 😊

Y en el 2015 me dije… ok a ir para otros rumbos... volvamos a desarrollar más habilidades... y apalancada por todo un camino de desarrollo personal que me acompaña desde los 19 años es que decidí... estudiar coaching, luego counseling, consultoría en desarrollo humano, luego disciplinas que hicieran eje en la contemplación y armar un espacio de desarrollo laboral para ayudar a las personas a encontrar áreas de su vida que generen satisfacción haciendo eje en el aspecto laboral.

Me formé en distintos enfoques de orientación vocacional, técnicas de escucha, herramientas de expresividad artística, counseling laboral y organizacional, enfoques psico corporales...

y fui armando el espacio de Mentoring Laboral...

Y alguien podría preguntarme ¿y cómo hiciste? y lo primero que respondo es lo mismo que me respondió una gran sabia persona “Nada se define en un día“... así que sres. y sras. es un proceso, un proceso en construcción, con orientación, una visión, un camino, una voluntad, una constancia, una flexibilidad,

una apertura, una paciencia pero sobre todo: UNA CONFIANZA.

Confianza en la intuición que nos dice… es por aquí…

Confianza en que las personas que tienen que venir a nosotros vienen.

Confianza en que el Universo nos pone en el lugar exacto, con las personas exactas para aprender

lo que vinimos a aprender en esta vida y en este mundo.

Confianza en las capacidades y potencialidades del ser humano.

Confianza en que la vida busca y trae más vida.

Confianza en vos mísmo.

Confianza en la vida…

Y así... en proceso cambié nuevamente de vida... y cambió todo... mis horarios... mis lugares de trabajo...

las herramientas que utilizo, las plataformas, el lenguaje, la ropa de trabajo, hasta el servidor de los correos... tengo PLENA LIBERTAD DE ELEGIR ¡ y trabajar en LIBERTAD

es DESPLEGAR LO QUE VINIMOS A HACER!

Sé que no es fácil, y que genera sentimientos y emociones que desbordan, paralizan y generan (de acuerdo al budismo) uno de los peores “venenos de la mente “: la DUDA que genera sufrimiento.

Y por supuesto otro tip… saber cuándo, cómo y a quién PEDIR AYUDA... no estamos solos en este mundo... es IMPORTANTE también, pedir consejo, escuchar, observar, analizar, comparar... porque TODO lo que llega a nosotros llega por un motivo... no por casualidad... así que más vale OBSERVAR ATENTAMENTE todo lo que acontece en nuestro camino.

Confiada que cambiar aspectos o incluso el trabajo actual es posible, decido acompañar a la personas a diseñar su proyecto de vida, sus caminos a seguir, a entender sus posibilidades, a encarnar su más valiosas virtudes y habilidades, a identificar cuales incorporar de aquí a futuro, como organizar su vida laboral, readecuar las expectativas para tener una visión realista del presente y así poder facilitar un proceso

de toma de decisiones a plena conciencia...

Nunca es tarde para cambiar… nunca… aunque no me guste usar esa palabra, porque suena contundente, pero estoy convencida que la vida es cambio permanente y no hay otra manera de vivir que no sea

en cambio permanente...

La vida se va dando en una interdependencia compleja, y aún así es  fácil de observar los pequeños grandes pasitos que vamos dando día a día... y esos pequeños pasitos hacen la diferencia... son las semillas del cambio mísmo... que lo vamos construyendo a medida que lo vamos alimentando con ideas nuevas, visualizaciones, aprendizajes, oportunidades, creaciones nuestras, acciones, decisiones, y nuestros recursos… nuestros recursos abren puertas...

En mi caso, los idiomas abrieron puertas, ya lo sabía desde niña y los disfruté y aún los disfruto...

gran puerta para entender otras culturas también...

Cada persona tiene su diamante para brillar y traer luz a este mundo y yo empodero a las personas para que puedan integrar y hacerse eco de su diamante. Ilumino caminos… y andar y hacer nuestro camino

trae MUCHA PAZ… uno de mis grandes valores...

Y otro de mis grandes valores que encarno con mucho amor es LA LIBERTAD. Se busca, se trabaja, se sostiene, se procura, se forja, se respeta, se hace acción, se hace responsabilidad, es nuestro derecho.

El derecho a realizar lo que venimos a realizar.

Hoy, a mis casi 48 años, agradezco muchas cosas pero sobre todo a mi mejor amigo: el humor.